La propagación de rosas mediante esquejes es una técnica sencilla y económica que permite reproducir las características exactas de un rosal que ya tienes en tu jardín. Además de ser un método accesible, brinda la satisfacción de ver crecer una nueva planta a partir de una rama.
Con unos pocos materiales y un poco de paciencia, puedes lograr que tu jardín se llene de rosas saludables y resistentes.
Materiales necesarios
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Rosal progenitor sano (preferiblemente durante la primavera o principios del verano)
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Tijeras de podar afiladas o tijeras de jardinería
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Hormona de enraizamiento en polvo o gel (opcional pero recomendado)
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Frasco o recipiente de vidrio limpio
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Tierra para macetas (preferiblemente una mezcla diseñada para rosas o propagación)
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Macetas o recipientes pequeños con agujeros de drenaje
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Bolsa de plástico transparente o botella de plástico (para la cúpula de humedad)
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Botella de spray con agua
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Etiquetas y marcador (opcional)
Paso a paso para propagar tu rosal
Selección del rosal progenitor:
Elige un rosal sano, sin signos de plagas o enfermedades. Lo ideal es realizar este procedimiento durante la primavera o principios del verano, cuando la planta está en su etapa más vigorosa.
Corte del esqueje:
Con tijeras de podar afiladas y desinfectadas, corta un tallo joven de unos 15 a 20 cm de largo. Asegúrate de que tenga al menos tres nudos (puntos donde nacen hojas). Retira las flores y hojas inferiores, dejando solo dos o tres hojas en la parte superior.
Preparación del esqueje:
Sumerge la base del tallo en hormona de enraizamiento en polvo o gel. Este paso es opcional, pero ayuda a estimular la formación de raíces y aumenta la tasa de éxito.
Plantación inicial:
Llena una maceta pequeña con tierra para macetas, preferiblemente diseñada para rosas o propagación. Haz un orificio con un lápiz o palillo e inserta el esqueje unos 5 cm en la tierra. Compacta ligeramente alrededor para darle estabilidad.
Humedad controlada:
Rocía el esqueje con agua usando un atomizador y cubre la maceta con una bolsa de plástico transparente o una botella cortada. Esto crea un efecto de mini invernadero que mantiene la humedad alta, esencial para el enraizamiento.
Ubicación adecuada:
Coloca la maceta en un lugar con luz indirecta y buena ventilación. Evita la luz solar directa, ya que puede recalentar el esqueje y secarlo rápidamente.
Seguimiento:
Mantén la tierra siempre húmeda, pero sin encharcar. A las 4 a 8 semanas, deberías notar resistencia al tirar suavemente del esqueje, lo que indica que las raíces se están desarrollando.
Trasplante:
Cuando el esqueje tenga raíces fuertes, trasládalo a una maceta más grande o directamente al jardín, en un suelo fértil y bien drenado.
Consejos adicionales
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Desinfección previa: Limpia las tijeras antes de cortar para evitar transmitir enfermedades al esqueje.
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Control de temperatura: Mantén el esqueje en un ambiente de entre 18 °C y 25 °C para favorecer el enraizamiento.
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Identificación: Usa etiquetas y un marcador para registrar la variedad de cada esqueje si estás propagando más de un tipo de rosal.
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Evita la ansiedad: No destapes el mini invernadero constantemente. Abre solo para ventilar una o dos veces por semana.
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Abono posterior: Cuando trasplantes al jardín, comienza a fertilizar con un producto específico para rosales después de un mes.