¿Querés disfrutar de un postre cremoso y refrescante sin encender el horno? Este cheesecake de limón sin hornear es la solución perfecta. Su preparación es sencilla, rápida y no requiere conocimientos avanzados de repostería. Además, al no necesitar cocción, conserva una textura suave y ligera ideal para los días calurosos o para una reunión improvisada.
Este postre combina la intensidad cítrica del limón con la dulzura de la leche condensada y la cremosidad del queso. Con pocos ingredientes y algo de refrigeración, podés tener un cheesecake de calidad profesional en tu heladera.
Cómo preparar Cheesecake de limón sin horno
Este cheesecake de limón sin horno es una opción fresca, práctica y deliciosa que nunca falla. Ideal para reuniones, postres de verano o simplemente para darse un gusto sin complicaciones. ¿Te animás a prepararlo hoy?
Ingredientes:
Para la base:
-
250 g de galletas (galletitas de manteca tipo María o similar)
-
55 g de manteca derretida
Para el relleno:
-
400 g de leche condensada azucarada
-
450 g de queso crema (entero, a temperatura ambiente)
-
1 sobre de gelatina sin sabor (o 6 hojas de gelatina remojadas en agua fría)
-
Jugo de 2 limones
-
6 cucharaditas de crema de limón (lemon curd, opcional pero le da un plus de sabor)
Preparación paso a paso
1. Preparar la base:
-
Colocá las galletitas en una bolsa tipo ziploc y trituralas con un palo de amasar hasta que queden como polvo.
-
Pasalas a un bol y mezclalas con la manteca derretida hasta lograr una masa húmeda.
-
Volcá la mezcla en la base de un molde desmontable (preferentemente de 20 o 22 cm de diámetro) y presioná con el dorso de una cuchara hasta que quede compacta.
-
Llevá a la heladera por al menos 20 minutos para que endurezca.
2. Preparar el relleno:
-
Disolvé la gelatina sin sabor siguiendo las instrucciones del envase. Si usás hojas, escurrilas y disolvelas en un chorrito de agua caliente.
-
En un bol grande, batí el queso crema hasta que esté suave y sin grumos.
-
Añadí la leche condensada y mezclá bien.
-
Incorporá el jugo de limón poco a poco (esto ayuda a espesar por la reacción con la leche condensada).
-
Sumá la gelatina disuelta y las cucharaditas de crema de limón. Integrá todo muy bien hasta tener una crema homogénea.
3. Armado y enfriado:
-
Verté el relleno sobre la base ya fría.
-
Alisá la superficie con una espátula y llevá el cheesecake a la heladera por al menos 4 horas (idealmente de un día para otro) para que tome buena consistencia.
Consejos y tips:
-
Queso crema: Que esté a temperatura ambiente ayuda a que se integre mejor y no queden grumos.
-
Molde desmontable: Facilita mucho el desmolde. Si no tenés, podés usar papel manteca para forrar el fondo y las paredes del molde.
-
Decoración opcional: Podés cubrir el cheesecake con una capa fina de crema de limón, rodajas de limón, ralladura o incluso merengue.
-
Textura ideal: Si querés una textura aún más firme, aumentá ligeramente la cantidad de gelatina o refrigerá por más tiempo.
-
Conservación: Dura 3 a 4 días en la heladera, bien tapado.