A todos nos ha pasado: estás cocinando con entusiasmo y, sin darte cuenta, te pasas de sal. El error más común es añadir agua para diluir el exceso, pero esto puede arruinar la textura y el sabor del platillo. Existen mejores alternativas que equilibran el sabor sin sacrificar calidad. Aquí te compartimos varios trucos efectivos y fáciles de aplicar en casa.
1. Vinagre o jugo de limón
- Agrega unas gotas de vinagre de arroz o jugo de limón fresco para neutralizar el exceso de sal.
- Importante: Evita usar este método en platillos con productos lácteos, ya que los ácidos pueden cortar la leche y arruinar la textura.
2. Claras de huevo
Ideal para sopas y caldos:
- Separa las claras de huevo y agrégalas enteras (sin batir) al caldo hirviendo.
- Cocina por 5 minutos y luego retíralas. Las claras absorberán parte del exceso de sal.
- Usa más claras si el volumen del caldo es grande.
3. Miel o azúcar
- Añade una o dos cucharadas de miel para suavizar el sabor salado.
- También puedes usar azúcar común, pero agrégala poco a poco para no endulzar demasiado.
- Esta opción funciona muy bien en salsas, guisos y salteados.
4. Papas crudas
- Pela y corta una papa en rodajas delgadas.
- Agrégalas a la preparación salada (sopa o guiso), mezcla y deja cocinar por unos 15 minutos.
- La papa absorberá parte de la sal. Retírala al final del proceso.
- Si deseas, ajusta el sabor con un toque de glutamato monosódico (opcional).
5. Tomates
- Si no tienes papas ni limón, los tomates pueden ayudarte.
- Córtalos en rodajas gruesas y agrégalos al platillo.
- Déjalos actuar durante 15 a 20 minutos.
- Aunque su sabor ácido es más suave que el del limón, pueden reducir la salinidad de manera efectiva.
Consejos adicionales
- Prueba el platillo en cada paso después de aplicar el truco elegido.
- No combines varios métodos a la vez; elige el más adecuado según el tipo de platillo.
- En sopas, es preferible usar métodos que absorban el exceso (como huevo o papa) en lugar de diluir.
- Evita usar más sal después del ajuste; en su lugar, complementa con especias o hierbas aromáticas.
Conclusión
Un platillo demasiado salado no tiene por qué ir a la basura. Con estos consejos, puedes rescatar tu preparación y lograr un sabor equilibrado sin tener que agregar más agua. La clave está en elegir el método adecuado para el tipo de comida que estás cocinando. Ya sea con miel, papa, tomate o claras de huevo, tu platillo puede salvarse con un pequeño ajuste y un toque de ingenio culinario.
