El agua se evapora lentamente, lo que ayuda a mantener la humedad interna del refrigerador en niveles más altos. Esta humedad adicional evita que los alimentos se resequen tan rápido, conservándolos frescos durante más tiempo. Esto no solo reduce el desperdicio de comida, sino que también te permite hacer compras con menos frecuencia.
Beneficios de mantener la humedad adecuada
Menor desperdicio y mayor duración de los alimentos
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Las frutas y verduras conservan mejor su textura y sabor.
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Los alimentos no se secan ni se deterioran rápidamente.
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Se reduce la necesidad de reponer productos con tanta frecuencia.
Menor esfuerzo del compresor = Menor consumo energético
El compresor del refrigerador se encarga de mantener la temperatura interna. Cuando el aire está muy seco, el ventilador debe trabajar con más frecuencia para estabilizar el clima, lo que implica mayor consumo energético.
Con una buena humedad interior:
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La temperatura se mantiene más estable.
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Se reduce el uso del compresor y del ventilador.
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El refrigerador dura más tiempo sin sufrir desgastes innecesarios.
El poder térmico del agua
Cada vez que abrís la puerta del refrigerador, entra aire caliente. El agua, por su alta capacidad térmica, ayuda a absorber ese calor de forma gradual y estabiliza la temperatura interna.
Ventajas:
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Menos variaciones bruscas de temperatura.
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Mejor conservación de los alimentos.
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Menor esfuerzo mecánico del equipo.
¿Qué recipiente utilizar para un mejor efecto?
Elegir el recipiente adecuado puede potenciar los efectos positivos de este método:
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Amplio y poco profundo: ofrece mayor superficie de evaporación y, por lo tanto, mejor distribución de humedad.
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De cerámica o piedra: estos materiales retienen mejor la humedad y la liberan de forma gradual, sin necesidad de estar recargando el recipiente constantemente.
Además, este truco no tiene prácticamente ningún coste, pero aporta beneficios a largo plazo.
Consejos adicionales para optimizar tu heladera:
Complementa este truco con los siguientes hábitos:
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No sobrecargar la heladera: el aire debe circular libremente para un enfriamiento eficiente.
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Usa un termómetro: la temperatura ideal está entre 1,6°C y 3,3°C.
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Revisa las gomas de la puerta: si están desgastadas, dejan pasar aire caliente y elevan el consumo eléctrico.
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Descongela con regularidad: una capa de escarcha de apenas 3 mm puede aumentar el gasto energético hasta un 30%.
Colocar un simple recipiente con agua en tu refrigerador es un truco práctico y efectivo para mejorar la conservación de los alimentos, reducir el gasto energético y prolongar la vida útil del electrodoméstico. Con esta medida sencilla y algunos buenos hábitos adicionales, no solo estarás cuidando tus alimentos, sino también tu bolsillo.