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6 cosas que los empleados de supermercados recomiendan no comprar, incluso si están en oferta

Aunque los supermercados están diseñados para facilitar la vida diaria, también son espacios donde la estrategia de marketing y los márgenes de ganancia influyen en lo que consumimos. Por eso, quienes trabajan detrás de escena en estos comercios conocen secretos que muchos clientes ignoran, especialmente sobre ciertos productos que no conviene comprar, ni siquiera cuando tienen grandes descuentos.

En base a declaraciones de empleados de supermercados en distintas partes del mundo, recopilamos 6 cosas que es mejor evitar en tu próxima visita al súper, aunque te parezcan una ganga.


Índice

    1. 🥩 Carne pre-picada o molida en bandeja

    Puede parecer práctica y más económica, pero muchos trabajadores coinciden: la carne molida envasada es donde se “recicla” lo que está por vencer. En algunos casos, incluso se mezcla carne de diferentes cortes o calidades. Lo ideal es pedir que te piquen el corte que elijas en el momento o comprar en una carnicería de confianza.


    2. 🧀 Quesos rallados o fraccionados

    El queso ya rallado suele incluir antiaglomerantes y conservantes, que afectan su sabor y textura. Además, muchos empleados han revelado que se utiliza queso cercano a su fecha de vencimiento para rallarlo y venderlo como producto «listo para usar». Mejor rallarlo en casa: sabés lo que estás comiendo y es más fresco.


    3. 🧃 Jugos “naturales” de máquina o refrigerados

    Muchos supermercados ofrecen jugos que parecen frescos, con carteles que indican “recién exprimido”. Pero varios trabajadores revelaron que estos jugos provienen de concentrados, a veces mezclados con agua de baja calidad, y que pueden llevar horas en exposición sin refrigeración adecuada. Mejor exprimir fruta en casa o buscar jugos con sellos de calidad.


    4. 🍞 Pan de la sección “recién horneado”

    Ese pan calentito que sale del horno del súper no siempre está hecho allí mismo. Muchas veces es pan precocido congelado, de baja calidad, que se termina de hornear para dar la apariencia de fresco. Además, suele tener aditivos para mantener su textura tras el descongelado. Los panificados de panadería artesanal o caseros suelen ser una mejor opción.


    5. 🥗 Ensaladas ya preparadas o en bandeja

    Parecen prácticas y saludables, pero los empleados alertan que a menudo se hacen con vegetales que ya están perdiendo frescura. Además, al estar cortados, estos alimentos pierden nutrientes más rápido y son más propensos a la proliferación de bacterias. Si ves líquido en el fondo del envase, mejor evitarlas.


    6. 🍗 Productos con “ofertas agresivas” cerca del vencimiento

    Muchos supermercados colocan productos en oferta porque están a punto de vencer o su rotación es baja. Aunque esto puede parecer una buena oportunidad, muchas veces esos alimentos ya perdieron calidad, sabor o propiedades nutricionales. Verificá siempre la fecha de caducidad, y pensá: ¿realmente vas a consumirlo antes de que expire?


    ✅ En resumen

    No todo lo que está en oferta es una buena compra. Los empleados de supermercado conocen las prácticas internas y saben que, en muchos casos, lo barato sale caro. Priorizá la frescura, la calidad y la transparencia sobre la comodidad aparente o el precio llamativo.

    Al final, cuidar tu salud también empieza por saber elegir qué poner en tu carrito.

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