Si has notado que tus rodillas se inflaman, acumulan líquido o duelen al caminar, levantarte o mantenerte de pie por mucho tiempo, existen movimientos simples que pueden ayudarte a aliviar esa molestia de manera natural. Estos ejercicios, recomendados por especialistas en salud articular, están diseñados para activar la circulación, reducir la presión sobre la articulación y mejorar la movilidad sin necesidad de medicamentos ni procedimientos invasivos.
Con solo 10 minutos al día y una superficie cómoda, es posible fortalecer los músculos que estabilizan la rodilla y disminuir la inflamación poco a poco.
También podrás visualizar toda esta información en el siguiente vídeo del canal de Centro de Huesos y Músculos:
Beneficios de esta rutina suave
Estos ejercicios, basados en principios de fisioterapia, son ideales para personas mayores, quienes padecen artrosis, artritis o tienen lesiones antiguas en la rodilla. Practicarlos con constancia puede ayudarte a:
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Reducir la inflamación sin fármacos.
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Eliminar o disminuir la acumulación de líquido articular.
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Incrementar la fuerza de los músculos estabilizadores.
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Recuperar movilidad, equilibrio y seguridad al caminar.
1. Extensión de rodilla en el suelo
Cómo hacerlo:
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Acuéstate boca arriba con las piernas estiradas.
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Coloca una toalla enrollada debajo de la rodilla afectada.
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Presiona suavemente hacia abajo intentando estirar la rodilla.
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Mantén la contracción por 5 segundos y relaja.
Repeticiones: 10 a 15 veces.
Beneficio: reduce la rigidez, activa el cuádriceps y mejora la estabilidad articular.
2. Elevación suave de pierna recta
Cómo hacerlo:
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Recuéstate boca arriba.
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Flexiona una pierna mientras mantienes la otra estirada.
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Levanta lentamente la pierna recta unos 20 a 30 centímetros.
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Baja despacio sin dejarla caer.
Repeticiones: 10 por pierna.
Beneficio: fortalece los músculos frontales de la pierna sin cargar la rodilla.
3. Deslizamiento de talón
Cómo hacerlo:
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Siéntate o túmbate boca arriba.
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Desliza el talón hacia los glúteos, doblando la rodilla suavemente.
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Extiende de nuevo sin forzar.
Repeticiones: 10 a 12 movimientos lentos.
Beneficio: mejora la movilidad de la articulación y ayuda a drenar líquidos acumulados.
4. Sentadilla asistida en pared
Cómo hacerlo:
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Colócate de espaldas a una pared.
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Desciende solo unos centímetros, sin superar los 45 grados de flexión.
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Mantén 3 segundos y vuelve a subir.
Repeticiones: 8 a 10.
Beneficio: fortalece los músculos del muslo y glúteos sin sobrecargar la rodilla.
5. Movilidad de rodilla sentado
Cómo hacerlo:
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Siéntate en una silla con la espalda recta.
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Extiende la pierna hacia adelante hasta donde sea cómodo.
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Sostén 3 segundos y baja con control.
Repeticiones: 12 por pierna.
Beneficio: favorece la circulación, reduce la inflamación y mejora el control del movimiento.
Consejos para obtener mejores resultados
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Realiza los ejercicios lentamente y sin dolor.
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Evita movimientos bruscos o hiperflexiones.
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Mantén una respiración constante mientras te ejercitas.
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Aplica calor suave antes de la rutina si sientes rigidez.
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Usa frío después si notas inflamación.
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Sé constante: la mejora se nota en pocos días con práctica diaria.
Dale a tus rodillas el cuidado que merecen
Dedicar unos minutos al día a estas prácticas puede marcar una diferencia enorme en tu bienestar. Con suavidad, paciencia y consistencia, tus rodillas pueden recuperar movilidad, estabilidad y una sensación de ligereza que te permitirá caminar con más seguridad y menos dolor.
