La tipa (Tipuana tipu) pertenece a la familia Fabaceae. Es un árbol de grandes dimensiones que puede alcanzar entre 10 y 30 metros de altura. Posee una copa globosa y las ramas principales son tortuosas. Crece naturalmente en la selva subtropical Tucumano-boliviana (Yungas) que se extiende en Argentina desde Jujuy, Salta, Tucumán, hasta el norte de Catamarca. En este ambiente suele convivir con algunas especies de plantas trepadoras y enredaderas que aprovechan su corteza rugosa y sus ramas tortuosas para adherirse.
Las hojas son compuestas, imparipinadas, con 6 a 10 pares de folíolos, ovales, con bordes enteros y con una escotadura en el ápice. Son de coloración verde oscuro. Es un árbol tardíamente caducifolio. Las flores son hermafroditas, de 2 a 2,5 cm. de diámetro, corola amariposada, amarillo oscuro con líneas rojas en el pétalo más grande (estandarte), presenta una inflorescencia en racimos. Florece en primavera y verano. Los frutos son alados, denominado sámara, con 3 a 4 semillas en su interior, las cuales son oblongas y ofrecen cierta dificultad para extraerlas del fruto. Se reproduce por semillas, las cuales germinan a los dos meses.
Durante los meses de noviembre y diciembre, cuando comienzan a reverdecer, se suele observar una masa espumosa que al desprenderse es conocido como “el llanto de las tipas”. Este fenómeno es producido por un pequeño insecto llamado chicharrita de la espuma (Cephisus siccifolius), el cual consume la savia del árbol en su estado ninfal. El insecto retiene, mediante una cámara de filtro, las sustancias nutritivas, mientras que el exceso de savia es eliminada como excremento líquido que, con el agregado de una secreción viscosa, es batido por el extremo caudal de las ninfas, e incorporando oxígeno terminan formando una espuma abundante, blanca y pastosa. Esta le sirve como refugio y la mantiene húmeda. Cuando las masas de espuma se vuelven pesadas se desintegran en forma de goteo.
En la Ciudad de Buenos Aires, se los puede observar en los principales parques y avenidas (como a lo largo de la Av. Del Libertador), gracias al reconocido paisajista francés Carlos Thays. También se lo cultiva en Uruguay, Brasil, Estados Unidos, Francia y Argelia.
Es un árbol resistente, de rápido crecimiento y que admite bastante bien la poda. Es buena especie para sombra. Las raíces son robustas y extensas, por lo que no se aconseja su plantación cerca de edificaciones. La madera es dura, por lo cual se la utiliza en mueblería, terciados y enchapados. Las hojas se preparan en infusión para combatir resfríos. La corteza suele usarse para curar heridas, por la resina que contiene.
