No podríamos hablar de danzas folclóricas argentinas sin nombrar al gran artista Santiago Ayala, más conocido como “El Chúcaro”. Bailarín y coreógrafo de grandes habilidades, Ayala fundó el Ballet Folclórico Nacional mostrando la importancia de este gran patrimonio tanto dentro como fuera de los límites del país.
Nacido en Córdoba, un 16 de octubre de 1918, Santiago Ayala demostró desde muy joven interés por las danzas nativas, sobretodo el zapateo. Con apenas 20 años, decidió dejar su tierra natal y probar suerte en la gran Capital, en una época donde crecía la ola del folclore nacional, con el surgimiento de movimientos de música nativa y escuelas de danzas.
Arribó a Buenos Aires, entonces, y comenzó a trabajar de caricaturista para sobrellevar los costos de su nueva vida citadina. En ese momento decide adoptar el sobrenombre “El Chúcaro”. Por aquella misma época, Santiago Ayala conoce a la bailarina española Dolores Román con la que decide probar suerte y así nace su primera compañía de baile, a la que llamaron “El Chúcaro y Dolores”.
De inmediato, Ayala puede realizar uno de sus sueños más anhelados: bailar sobre un escenario. Con un increíble control corporal de movimientos y disciplina constante, pronto se hace evidente que el joven bailarín es toda una promesa en las danzas folclóricas. También aquí nace su carrera como coreógrafo.
En 1953, conoce a la que sería su compañera de por vida, la profesora Norma Viola. “El Chúcaro” y Viola fundan juntos para este año la Compañía de Arte Folclórico y ambos forman la pareja de bailarines que revoluciona el concepto del folclore argentino.
Ayala no sólo realiza presentaciones en teatros y dirige bailes como coreógrafo, sino que también su imagen comienza a televisarse y su nombre ya es conocido por todo el territorio argentino. Junto a su compañera, viaja fuera de los límites del país y hace conocer nuestras riquezas folclóricas en diversas partes del mundo con admirada aceptación.
Su logró más importante lo lleva a cabo en el año 1983, exactamente con el inicio de la democracia, donde su proyecto de años por fin se convierte en ley de la mano del presidente Raúl Alfonsín, y se crea así el Ballet Folclórico Nacional, estatal y dedicado exclusivamente a nuestra danza. Santiago Ayala dirige este Ballet sin dejar de bailar y enseñar hasta que cumplió 70 años, junto a su compañera Viola.
Fallece un 13 de septiembre de 1994, a la edad de 75 años en la ciudad de Buenos Aires. Sus restos fueron trasladados hacia Córdoba, su tierra natal, donde descansan en Cerro Colorado, bajo un viejo árbol.
