La Función del Agujero en el Candado: Evitar Problemas y Asegurar su Durabilidad
1. Lubricación de la Cerradura
Ese pequeño agujero tiene una función esencial: permite la lubricación del mecanismo interno del candado. Gracias a este orificio, es posible aplicar un lubricante, como el WD-40, directamente en la cerradura. Con solo colocar el aplicador en el agujero y presionar, el lubricante penetra en el mecanismo, previniendo la oxidación y asegurando un funcionamiento suave durante mucho tiempo.
Al mantener la cerradura bien lubricada, evitamos tener que forzar la llave para abrir el candado y prevenimos el desgaste prematuro de las piezas internas.
2. Evacuación de Agua
Otra función clave de este agujero es permitir que el agua se drene del interior del candado. Los candados de exteriores suelen estar expuestos a la lluvia y la humedad. Sin este orificio de drenaje, el agua podría acumularse en su interior, acelerando la oxidación y el deterioro del mecanismo. Este pequeño agujero permite que el agua se evacúe, evitando la formación de óxido y protegiendo la funcionalidad del candado.
3. Prevenir Congelación en Invierno
En climas fríos, el agua acumulada en el interior del candado puede congelarse y causar graves problemas. Durante el invierno, es posible que el agua atrapada en el mecanismo se congele, lo que podría bloquear el candado o incluso romperlo. Gracias al pequeño orificio, el agua no queda atrapada en su interior y evita la posibilidad de congelación, protegiendo el candado incluso en condiciones climáticas extremas.
Este orificio, aunque pequeño, cumple un papel esencial en la protección y el mantenimiento del candado, especialmente si se usa en exteriores. Si tienes un candado de latón o acero, es recomendable reservar su uso para interiores si no tiene un sistema de drenaje, evitando así un desgaste acelerado.