Dentro del extenso repertorio de artistas que conforman nuestra cultura folclórica encontramos casos excepcionales de músicos que han dejando una profunda huella en ella. Por su paso en este mundo, esos artistas han sabido ganarse el corazón de los argentinos y un lugar privilegiado dentro de la historia de este género musical tan autóctono.
Uno de esos casos, es el de María Helena, quién a pesar de su breve paso por el mundo, construyó una respetada carrera artística que la llevó a participar de los más importantes escenarios de festivales folclóricos del país.
El verdadero nombre de esta muchacha fue María Kalasakis y nació un 4 de agosto de 1946 en la ciudad de Remedios de Escalada, provincia de Buenos Aires. Segunda hija del matrimonio Kalasakis, de fuerte descendencia griega, María desde pequeña fue una jovencita muy simpática, agradable y con una gran afición por el canto.
Desde niñas, las hermanas Kalasakis asistían con sus padres a las festividades que celebraran la comunidad griega de la provincia, donde María Helena aprendió a cantar en griego.
Además del canto, a María Helena le apasionaban los niños y la enseñanza, vocación que también acuñó desde pequeña. Se recibió del secundario en el Instituto Nuestra Señora de Lourdes de la localidad de Banfield con un título de maestra y pudo ejercer durante un tiempo, improvisando un aula en el garage de su casa donde enseñó canto y guitarra y armó coros que participan en la comunidad helénica.
María Helena no continuaría con su vocación docente, pues un inesperado encuentro marcaría el inicio de su carrera musical. María fue invitada en el año 1965 por el sacerdote de la Iglesia Cristo Rey a cantar en una fiesta escolar. Así, la joven realizó una excelente primera actuación en público que se ganó la ovación de todos los presentes. Entre ellos se encontraba el representante del programa televisivo «Remates Musicales», quien no era otro que el mismo Roberto Galán.
Galán, sorprendido por la excelente actuación de María Helena, la invita inmediatamente a participar del programa que se emitía por Canal 9. Con sólo 19 años, la joven María Helena participa entonces en «Remates Musicales» y su carrera musical se dispara.
La dulce y atractiva voz de la muchacha llama la atención de varios productores de la CBS Columbia, y le proponen grabar algunas pistas. Para junio de 1965, María Helena había grabado su primer disco que incluía los temas Ribereña y Canto islero, y creó su nombre artístico incluyendo el de su hermana.
Aquel primer disco tuvo aceptación inmediata por el público argentino y María Helena recibió la propuesta de 
Radio el Mundo para realizar presentaciones de algunos éxitos del folclore. La repercusión de los temas interpretados por la joven la llevaron al escenario del III Festival Nacional de la Música del Litoral, celebrado en Posadas, Misiones, donde fue premiada como la artista revelación con el «Mate misionero«.
Para el año 1966 y los siguientes dos años, María Helena fue invitada a participar en el importante Festival de Cosquín donde compartió escenario con los grandes artistas folclóricos del momento. Comenzó a participar en reconocidos programas de Tv y Radio interpretando temas que convirtió en éxitos como Soy de Misiones, Viejo Paraná y Lucerito Alba.
Durante los siguientes años, la carrera artística de María Helena creció exponencialmente y sus presentaciones en grandes festivales se duplicaron. Participó en el Festival Internacional del Disco, en Mar del Plata y en el Festival de Doma y Folclore, en Jesús María. También formó parte de la embajada artística establecida en Asunción, Paraguay y grabó dos discos más que incluían diversas interpretaciones de música folclórica.
Con sólo 23 años, María Helena disfrutaba con alegría y sencillez de su gran carrera que aseguraba un éxito tras otro. Es por eso que su trágica y repentina desaparición fue tomada con tanto dolor entre sus seguidores.
El mediodía del 17 de diciembre de 1969, María Helena volvía de su última presentación en el VI Festival del Folclore Correntino, cuando el auto en el que viajaban ella, su representante Alberto Heredia, el guitarrista Luis Ferreyra y una tía de María, sufrió un inesperado vuelco y la joven sufrió heridas que terminaron con su vida en el momento.
La noticia de la muerte de la joven artista conmocionó completamente al mundo del folclore nacional. Sus seguidores lloraron su repentina partida con una gran ceremonia fúnebre, acompañándola hasta el cementerio de Lomas de Zamora, donde descansan sus restos.
A pesar de su trágica desaparición física, la dulce voz de María Helena nunca dejó de oírse, y su fugaz pero importante carrera musical dejó como legado un gran puñado de hermosas interpretaciones que quedaron grabadas en el corazón y la memoria de sus seguidores.
¡Escuchá acá sus grandes éxitos!
https://www.youtube.com/watch?v=KuZ1iViDvKw