Un mueble antiguo o en mal estado puede convertirse en una pieza única y valiosa con una buena restauración. Si tenés un viejo ropero, una cómoda, una mesa de luz o unas sillas de madera que encontraste abandonadas o heredaste de tus abuelos, seguí estos pasos para dejar tu mueble como nuevo. Además, vas a realizar un trabajo muy placentero que contribuye al reciclaje de materiales y al cuidado del medio ambiente. ¡A trabajar!
Lo primero que debemos hacer es valorar el mueble para ver si realmente vale la pena restaurarlo. La idea es que, por ejemplo, las piezas que necesitemos cambiar o conseguir no sean más caras que lo que se puede conservar del mueble. Las herramientas básicas que necesitaremos son: lijas de diferentes grosores, pinceles, trapos de algodón, esponjas de acero, espátula, sierra, destornilladores y algún producto removedor de pintura.
Comenzamos limpiando bien el mueble, por todos los rincones, utilizando un trapo húmedo. Dejamos secar. Después quitamos la pintura o barniz. Para esto, aplicamos removedor de pintura o decapante con una brocha, dejamos actuar y lo quitamos utilizando la espátula. Si es necesario repetimos la operación hasta quitar todo el acabado, y luego limpiamos con un trapo y disolvente y pasamos una lija fina.
Si el mueble tiene partes carcomidas o pequeños agujeros, utilizaremos un producto anticarcoma para cubrirlos. Luego debemos envolver el mueble con plástico y dejarlo tapado por unos 5 días. Los golpes o hendiduras leves en la madera pueden arreglarse colocando sobre la zona un trapo mojado con agua o leche caliente. Lo sujetamos con cinta y lo dejamos actuar por unas horas. Para tapar arañazos o fisuras podemos utilizar masilla o cera natural. Rellenamos las imperfecciones con una espátula, después lijamos y pintamos con óleo o acrílico del color de la madera.
Si es necesario cambiar alguna pieza como patas o molduras, debemos limpiar bien los restos de pegamento de la antigua pieza y luego aplicar cola blanca, sujetar la pieza nueva con cuerdas y dejar secar 24 horas.
Si las cerraduras y herrajes son de bronce los podemos limpiar simplemente con agua y jabón. El resto de los metales los limpiamos con un cepillo y vinagre.
Para el acabado podemos aplicar una capa de barniz, dejar secar por 24 horas, luego lijar, limpiar y aplicar otra mano en el sentido de la veta. Finalmente aplicamos una capa de cera incolora utilizando un algodón. Si el mueble perdió el color podemos teñirlo.
Para mantener tu mueble como nuevo, evita ponerlo cerca de fuentes de calor, humedad o donde dé el sol directo.
