La artesanía tradicional argentina o artesanía folklórica es una expresión cultural cuyo origen se remonta a los tiempos de la colonia, cuando los oficios artesanales de los pueblos originarios comenzaron a fusionarse con los oficios artesanales llegados del Viejo Mundo.
Fueron los jesuitas, quienes principalmente, instruían a los aborígenes con las técnicas de la carpintería, la lutería, la joyería y demás, mientras expertos artesanos originarios incluían estas técnicas con las propias.
Más tarde los criollos heredaron todos los secretos del trabajo ancestral de ambas corrientes, logrando diseños propios con ambas estéticas, dando lugar a esta rama del folklore argentino: la artesanía argentina, anónima, popular y tradicional.
La artesanía tradicional se destaca de la artesanía en general por los siguientes detalles:
- Materiales: son nobles y extraídos por el propio artesano de la Naturaleza, en su misma región. Suelen ser maderas, pajas, cueros, tientos, barro, arcilla, huesos, astas, pieles, mates, lanas, metales, crines, etc.
- Técnicas de trabajo: los oficios reúnen características originarias con técnicas venidas de fuera del país, y en general la forma de trabajo es muy tradicional
- Herramientas: suelen ser heredadas, realizadas por el mismo artesano, simples y manuales
- Diseños: estos son antiguos y están muy probados, siempre se trabajan de la misma forma y no pertenecen a un individuo en particular sino a un grupo de personas del ámbito rural, y a su región folklórica. El estilo del diseño tradicional se modela con el paisaje de la región y su clima, los usos tradicionales y los materiales disponibles en la naturaleza. Posee mayor influencia aborigen que foránea, logrando un sincretismo a nivel religioso acorde a las creencias populares y a las leyendas y mitos regionales. Los diseños orgánicos provenientes de la inspiración que brinda la Naturaleza abundan
Cuando la artesanía tradicional folklórica se muda a los centros urbanos se modifica y tiene la necesidad de responder a otros tiempos y necesidades monetarias, de esta forma los artesanos que trasplantan su legado a la ciudad incorporan herramientas manuales industriales y algunas herramientas eléctricas simples.
En general el proceso para acelerar los tiempos de producción se da en las ciudades y es cuando la expresión de la artesanía folklórica ya deja de ser pura para proyectarse y modificarse, adaptándose a las necesidades urbanas, en general perdiendo calidad.
Así podemos encontrar en la ciudades de provincia, realizados especialmente para el turismo, tapices de diseño tradicional pero confeccionados con lanas sintéticas y en telares eléctricos, de mucha menor calidad y a menor costo, que los finos tejidos tradicionales de las sierras, hechos en telares de palo, con finas lanas hiladas a mano, de manufactura precisa y sabia, donde el artesano puede llegar a tardar meses en terminarlos, piezas únicas sólo para expertos…
La artesanía tradicional argentina puede ser criolla o indígena, una mixtura folklórica o una proyección de viejas usanzas, pero siempre respeta el diseño tradicional, repetido miles de veces y con significado ancestral.