La flechada
La flechada es una costumbre llevada a cabo en la provincia de Jujuy y algunos pueblos de Salta. Cuando una familia desea edificar su vivienda o algún sitio de ésta, se efectúan ritos ancestrales y ofrendas a la Madre Tierra, para que la obra se ejecute sin contratiempos y se alejen los demonios que pudiesen haber llegado durante la construcción.
Una vez erigida la casa, en el dormitorio principal, se lleva a cabo la flechada. El ritual hace referencia a la intervención comunitaria en la fabricación de lo que será el primer lar de unos recién casados.
En el techo se sostiene un tejido a modo de canastilla que guarda un huevo. Esa parte céntrica está ataviada con flores y coloridos pompones. Verticalmente, desde la cesta al piso del cuarto, abren un pequeño agujero, donde tendrá que caer el contenido del huevo cuando se rompa la cáscara.
Con antelación, el jefe de la casa escoge a varios conocidos para que con sus flechas apunten al huevo, con eso, la casa quedará inaugurada y bendecida por la Pachamama.
Preparan un jarrón con vino o chicha, una cobija, un pan de sal y velas. Atan el pan de sal a la manta y los flechadores elevan una punta con una mano y en la otra mantienen una vela prendida. Rezan un Padrenuestro y un Avemaría. Posteriormente, le colocan nombre a la casa (el de una Virgen). Se echa agua bendita y se prenden sahumerios. Al acabar de rezar, se reparten tres flechas a cada uno y se sitúan alrededor del hueco, implorando felicidad y prosperidad para la familia propietaria de la casa.
La flechada inicia en sí cuando el primer tirador lanza una flecha al huevo, si éste no atina (hasta que se le agoten las flechas), tirará el siguiente y así hasta que uno gane.
Se echa el contenido de la jarra en el hueco, junto con coca, cigarrillo y el huevo; para alejar a los malos espíritus. Se cubre con una piedra y con tierra.
El vencedor de la flechada se convierte en compadre del dueño; luego, principia la fiesta, llena de platos tradicionales, bebidas, cantos y bailes.
