Cómo hacer harina de algarroba

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La algarroba es el fruto del algarrobo, un árbol que podemos encontrar en varias regiones de nuestro país. Es un alimento muy nutritivo que se suele utilizar como sustituto del cacao, ya que es rico en azúcares, aromático y bajo en grasas. Además contiene proteínas, fibras, vitaminas, calcio y potasio, y es apta para celíacos ya que no contiene gluten. La harina de algarroba se obtiene mediante un proceso muy sencillo y con ella podrás preparar gran cantidad de recetas: budines, tortas, bombones y galletas. Hoy te contamos cómo es el proceso para que puedas obtener esta harina y prepararle a tu familia postres y masas muy ricas y saludables.

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Paso 1. Secado: Luego de recolectar, seleccionar y lavar con agua las vainas o chauchas de algarroba, lo primero que debemos hacer es secarlas, si no no podremos molerlas correctamente. Tradicionalmente se secan al sol, colocándolas sobre una tela en el techo, terraza, o algún lugar donde pegue el sol por muchas horas. El secado lleva entre 5 y 7 días, durante los cuales es recomendable moverlas para que se sequen bien de todos lados. Es importante que no las agarre la lluvia.

Paso 2. Tueste: Una vez que estén secas y se quiebren fácilmente, procedemos a tostarlas para eliminar cualquier parásito que puedan tener. Las cortamos en trozos, las ponemos a fuego bajo en una olla o sartén, en el horno o incluso en el disco de arado y esperamos a que estén levemente tostadas.

Paso 3. Molienda: La molienda tradicional se hace con el mortero casero, lo cual es muy trabajoso. Hoy en día podemos utilizar una procesadora o trituradora para ir moliendo de a poco y con paciencia, parando el aparato para que no se caliente demasiado.

Paso 4. Cernido: Una vez que hayamos molido todo lo posible, tamizamos o cernimos la algarroba utilizando un colador fino. ¡Ya vamos obteniendo nuestra harina! Los trozos grandes que queden en el colador los volvemos a moler y a cernir.

Por último, guardamos la harina en un frasco de vidrio y la conservamos en un lugar fresco y seco. Se conserva muy bien y dura varios años si el recipiente está bien cerrado. ¡Y ahora ya podemos pensar qué delicia vamos a preparar con harina de algarroba!

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