Cómo cultivar hierbas aromáticas en casa

Cómo cultivar hierbas aromáticas en casa

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Tener hierbas aromáticas en casa para condimentar nuestras comidas o para utilizarlas como remedios naturales es realmente un lujo, y ni hablar del placer de sentir esos aromas exquisitos perfumando nuestro hogar o nuestro jardín. Cultivar estas plantitas es una tarea bastante sencilla que nos proporcionará una gran satisfacción.  En este artículo te enseñamos cómo hacerlo, ¡manos a la tierra!

Las plantas aromáticas tienen la ventaja de que se adaptan a muchos tipos de suelos y condiciones climáticas, y además, no es necesario contar con un gran terreno, podemos cultivarlas en un pequeño espacio con tierra o en macetas.

Otro enorme beneficio que tenemos al cultivar nuestras propias aromáticas, es que por un lado conseguimos ahorrar unos pesos y además conseguiremos un exquisito sabor, al saber que nuestras plantas no tendrán ningún químico o pesticida, por lo que el resultado es mas que excelente.

Por otro lado, todas estas plantas no solo sirven para aromatizar sino también podemos aprovecharlos para preparar remedios naturales, como tés digestivos o para calmar cualquier otra dolencia.

Lo primero que debemos hacer es elegir las hierbas que vamos a cultivar, ya que existe una infinita variedad.

A continuación te explicamos como trabajar con cada aromática.[nextpage title=»Cultivo de aromáticas»]

En nuestro país, algunas de las más comunes son las siguientes:

Albahaca: la mejor época para plantarla es en primavera. Requiere sol directo y riego frecuente pero en cantidad reducida, sin dejar charcos. No tolera las heladas y las temperaturas muy bajas. Las semillas se plantan a poca profundidad (1 cm). Hacemos agujeros con el dedo en la tierra y colocamos dos o tres semillas por agujero. Luego cubrimos cuidadosamente con tierra y regamos bien.  Debemos asegurarnos de que la tierra siempre esté húmeda para que, luego de 10 o 15 días, broten las plantitas.

Romero: es muy fácil de cuidar y se adapta a todo tipo de climas, aunque prefiere los cálidos y secos por lo que no debemos regarlo demasiado seguido. Lo ideal es conseguir esquejes (de unos 8 cm), que se cortan en verano. Si no conseguimos una planta para sacar esquejes, podemos plantar semillas en primavera. Debemos colocarlo donde reciba la mayor cantidad de horas de luz solar.

Menta: es más fácil plantarla a través de esquejes aunque también podemos utilizar semillas. En climas cálidos conviene sembrarla a finales del verano y en climas fríos en primavera. Es una planta que crece horizontalmente por lo que debemos ponerla en una maceta ancha o, si es en la tierra, en un lugar apartado de otras plantas. Puede estar al sol pero prefiere la sombra o semi sombra. Requiere riego regular y abundante.

Orégano: es una planta muy resistente que se adapta a cualquier terreno, al sol o media sombra. Podemos plantar semillas o adquirir plantines, y una vez que crezca lo podemos reproducir a través de la misma planta. La siembra debe hacerse en otoño o primavera. Requiere un buen sistema de drenaje, riego moderado y que el agua no forme charcos, ya que se pueden podrir las raíces.

Tomillo: la mejor época para plantarlo es en primavera y a través de esquejes. Requiere un suelo preferentemente seco y un lugar donde de mucho el sol. No  debemos regarlo demasiado ya que el exceso de humedad lo perjudica. También es importante protegerlo de las heladas porque no tolera las bajas temperaturas.

Perejil: puede plantarse en cualquier época del año aunque es preferible evitar los días de mucho frío o calor. Requiere al menos 6 horas diarias de luz y riego frecuente aunque en pocas cantidades. La germinación de las semillas es lenta, las plantas pueden tardar hasta un mes en aparecer. Para conseguir una mata tierna no debemos dejar que el perejil florezca. Cuando comiencen a aparecer las flores, las cortamos o la transplantamos para aprovechar las semillas y obtener más perejil.

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