Cardenal Amarillo

Cardenal Amarillo

El cardenal amarillo (Gubernatrix cristata) es endémico de América del Sur. Pertenece a la familia Emberizidae. Posee un plumaje mayormente amarillo oliváceo, con el dorso estriado y copete negro, color que se repite en la garganta. En su estadio adulto existe un notable dimorfismo sexual: el macho ostenta un plumaje más encendido con ceja y malar amarillo oro, mientras que en la hembra es algo más lavado y con las mejillas, el pecho y los flancos grises.

Su área de distribución comprende Uruguay, Argentina y el sur de Brasil. En nuestro país habita principalmente bosques abiertos y matorrales de la ecorregión del Espinal y su ecotono con la ecorregión del Monte, también se lo puede encontrar en zonas altas de los malezales correntinos. Según Chebez (2008), también ingresaría esporádicamente, en forma aislada, en ambientes del Chaco seco y los registros en zonas urbanas o forestaciones exóticas deberían interpretarse como posibles escapes o liberaciones accidentales.

Es un ave granívora, hábito que caracteriza a los emberícidos, razón por la cual a los miembros de esta familia se los conoce como ¨semilleros¨. También consume insectos y larvas. En su hábitat natural se lo suele encontrar solo o en pareja, ocasionalmente en bandadas de hasta 50 individuos durante la época invernal. La temporada reproductiva transcurre entre septiembre y noviembre. Construye un nido de forma semiesférica en el cual depositan entre dos a cuatro huevos que son incubados durante casi dos semanas.

Cardenal Amarillo Macho

Los machos tienen un melodioso canto. Hudson se refirió al mismo como “su canto se compone de cuatro o cinco notas de gran poder y dulzura”. Las hembras, en cambio, no cantan, suelen ser más silenciosas y producen de vez en cuando débiles voces de contacto. Muchas veces el estímulo que promueve el canto es la defensa del territorio, y al ser un ave muy territorial, lo convierte en presa fácil para los cazadores que utilizan llamadores de su misma especie como trampa para su captura.

Se lo considera “raro” en la mayor parte de su distribución, ya que sufre una notable declinación. Por su valor como ave de jaula canora y por su hermoso plumaje, ha sufrido históricamente una fuerte presión de captura  para abastecer al comercio interno.

Generalmente se prefieren a los machos, ya que son más vistosos y por ser los que cantan. Debido a la alta extracción de ejemplares machos del medio silvestre, se están registrando  varios casos de hibridación natural con ejemplares de la especie diuca común (Diuca diuca), a los cuales llaman vulgarmente “cardenal ceniza” o “plomito”. Esta tendencia reproductiva entre dos especies genéticamente alejadas una de otra, podría considerarse hoy como una amenaza en sí misma.

Además, la destrucción y modificación de su hábitat por la explotación maderera y la transformación de áreas para uso agrícola-ganadero, estarían afectando significativamente las poblaciones silvestres.

Por lo dicho anteriormente, el cardenal amarillo se encuentra clasificado mundialmente como En Peligro según la UICN (2014) y Vulnerable a nivel nacional (índice SUMIN 2008). Si bien está incluido en CITES II, hay autores que sugieren incluirlos en Apéndice I (Chebez 2008).

Todos podemos evitar su extinción, comenzando por disfrutar de las aves en libertad, evitando así que se sigan extrayendo individuos de la naturaleza y permitiendo que se recuperen las poblaciones que quedan. Además de evitar la deforestación de las áreas en donde habita.

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