Brea

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El arbusto de brea tiene como nombre científico Cercidium praecox, éste proviene del griego “kerkidion” que quiere decir lanzaderas de telar, y “praecox” que significa precoz.

Mide entre tres y cinco metros de alto. Su corteza es lisa y de color verde; cuenta con ramas verdes y con una espina en forma de cono en cada una de sus uniones. Sus hojas son compuestas, breves y bipinnadas (sus folículos en vez de ser simples, se articulan en un tallo central formando un ángulo recto y numerosas ramificaciones), entre una y dos son yugas acomodadas en fascículos.

Posee abundantes flores de coloración amarilla, éstas miden entre uno y uno y medio centímetros de diámetro y se agrupan en ramilletes axilares. La floración es antes de la foliación.

Su fruto es aplanado, castaño, con vaina membranosa y mide entre tres y ocho centímetros de largo.

Se multiplica por medio de semillas. Sus flores nacen desde mediados del mes de octubre. Da frutos en verano y otoño.

Se encuentra en lugares a bajos niveles de altura, entre 0 y 2000 metros sobre el nivel del mar. En la Argentina, se halla en las provincias de Catamarca, Chubut, Corrientes, Formosa, Jujuy, Salta, Santiago del Estero, San Luis (en el norte y el oeste, en ambientes xéricos) y en Tucumán.

Comúnmente, las personas dejan en los techados de las casas bolsas repletas de flores de brea, las que cuando se secan, venden en farmacias de poblados y hasta terminan enviándolas a Buenos Aires.

Es una especie de árbol colonizador, por ende, puede ser empleado para subsanar ecosistemas degradados y como protector de cuencas de ríos. Frecuentemente se utiliza para decorar.

El fruto, las flores y las hojas de brea, son muy útiles para la salud; por ejemplo, la infusión de brea combinada con miel es de gran contribución para combatir la tos y los catarros, además es antidisentérica, ecbólica, vulneraria y astringente.

A  modo de cataplasma, su ceniza caliente se usa cuando hay reumatismo. Expele un delicioso olor cuando se quema la corteza.

Las heridas de su tronco producen una substancia empalagosa, un árbol adulto logra originar hasta un kilo al año.

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