Grandes del folklore argentino: Eduardo Falú

Grandes del folklore argentino: Eduardo Falú

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Existen personas que han dejado una huella imborrable en el acervo cultural de nuestra nación. Su aporte no se limitó solo a un área, sino que han pincelado con su arte más de un género. Esto los ha transformado en referentes eternos de nuestra tradición. Tal es el caso de Eduardo Falú.

Falú nació en la localidad de El Galpón, en la provincia de Salta, el 7 de julio del año 1923. Además de ser un virtuoso guitarrista y compositor de obras emblemáticas del folclore argentino, también escribió poemas memorables en colaboración con varios escritores.

Su padre fue Juan Falú, junto con su madre Fada, habían llegado al país en la primer ola inmigratoria de fines de siglo XIX, desde Siria. Y luego de varias idas y venidas se instalaron en Metán, donde tenían un negocio de ramos generales.

El pequeño Eduardo comenzó a jugar con una guitarra a la edad de 7 años y de tanto jugar terminó tocándola virtuosamente, fue su curiosidad la que le dio el conocimiento, no necesitó maestros, aunque en su casa se respiraba música.

Avanzado el año ’37 se trasladó a la ciudad de Salta en dónde se radicó para poder realizar sus estudios primarios y secundarios. Es allí en dónde conoce a Arturo Dávalos y poco después a Jaime Dávalos, quien compondría la letra de varias de sus canciones. Cuenta la historia que Dávalos escribía poemas y que de tanto recitarlos Falú se los llevaba a su casa resonando en la cabeza para luego volver a lo de su amigo con la música que acompañaría a esos versos.

En 1945 cuando se traslada a Buenos Aires comienza su carrera musical profesional, el letrista César Perdiguero lo acompañó desde el comienzo y juntos crearon canciones memorables.

Algunas de sus composiciones más valoradas fueron Zamba de la Candelaria, Tonada del viejo amor, La Caspi Corral, Trago de sombra y Milonga del Alucinado, que creó junto a Jaime Dávalos. Otras muy queridas también fueron Celos del viento, Puna sola, y Minero Potosino, a las que les dio letra Manuel J. Castilla. También colaboraron con Falú León Benarós, Hamlet Lima Quintana, Osiris Rodriguez Castillos y Martha Mendicutti.

La poesía épica también tuvo el temple de su guitarra, le puso música a textos de reconocidos escritores como Jorge Luis Borges, José Hernández y Ernesto Sábato.

Con la Camerata Bariloche desplegó toda su virtuosidad como intérprete de guitarra, dirigido por Elías Khayat.

Su primer contacto con el público masivo lo hace en 1948 gracias a la radio. Desde entonces su popularidad no tuvo límites, en el ’50 graba para la compañía TK, el año siguiente aparece su primer álbum. En el ’59 edita la placa “Falú en París”. La fama toma dimensión mundial y lo lleva en el año 1963 a Japón en donde ofrecerá 40 conciertos. El año siguiente, en 1964, actuará en Estados Unidos y en el ’68 emprenderá una gira por el continente europeo que lo llevará a España, Francia e Inglaterra

En su haber pueden contarse más de 100 canciones, entre las que podemos encontrar, además de las ya mencionadas, La Golondrina, la Zamba La Candelaria, y obras tales como la Suite argentina.

En 1985 recibe el Premio Konex de Platino al Instrumentista Folclórico. Y vuelven a otorgarle un Premio Kónex póstumamente en el 2015.

Se casó con Aída Nefer Fidelibus con quien tuvo dos hijos. Eduardo Falú pasó a la inmortalidad el 9 de agosto de 2013 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuando tenía 90 años.

Escuchálo acá en concierto en Sevilla!

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