3 Clásicos de la Literatura Gauchesca

literatura gaucha

La literatura gauchesca es una corriente literaria que nace en el rio De La Plata a fines del siglo XIX y se desarrolla durante todo el siglo siguiente.

Las características de las obras que hacen que pertenezcan a este movimiento específico son: el gaucho como personaje principal, el campo o el desierto como escenario de las acciones, el uso del lenguaje particular y característico de la gente de campo con sus modismos, metáforas, transcripción fiel del habla, y el público: están destinadas a las clases populares que reflejan.

Las producciones de la literatura gauchesca tuvieron un fin político, social y educativo.

Principales exponentes de la gauchesca son:

El gaucho Martín Fierro y La vuelta de Martín fierro (José Hernández)

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El Martín Fierro es la poesía gauchesca más famosa. Consta de dos poemas, el primero publicado en 1872, denunciaba la situación del gaucho durante la presidencia de Sarmiento y bajo el imperio de la ley de levas (los  gauchos que no podían justificar un trabajo dependiente eran llevados a la frontera para defenderla del indio). En «La Ida», Martín Fierro es un gaucho trabajador al que la injusticia social lo vuelve gaucho matrero (fuera de la ley). «La Vuelta», poema publicado en 1879, da enseñanzas sobre moderación y hermanamiento, aquí ya hay un planteo del gaucho como ser y tipo nacional, sujeto de derechos.

Juan Moreira (Eduardo Gutierrez)

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Publicada en 1880, esta novela cuenta la historia de un «gaucho matrero» que se rebela contra la ley y la sociedad que lo margina, y va dejando tras de sí una estela de sangre con la que va pagando todas las desigualdades sociales de la que es víctima. Esta obra se inspira en una crónica policial real protagonizada por el legendario gaucho bonaerense Juan Moreira, quien fue muerto por la policía en 1874.

Don Segundo Sombra (Ricardo Güiraldes)

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Editada en 1926, presenta al gaucho como un personaje social ideal, perteneciente al ámbito del campo, que vive en armonía con la naturaleza, ya no es el gaucho malo, sino que refleja con exquisito lirismo, su heroica y virtuosa existencia. Ya no se reivindica socialmente al gaucho, sino que se lo evoca como personaje legendario («sombra»), en un tono elegíaco. El personaje principal fue tomado por el autor de un paisano real, de nombre Segundo Ramírez. Ricardo Güiraldes aprende, en una especie de viaje iniciático, lo que es el valor, el honor, la lealtad.

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